Furtiva la lágrima que guardé en el cajón,
de la mesita de noche... Y anoche se me escapó,
se fue haciendo autoestop. Me dijo que se cansó.
Del cajón, de la mesita de
noche, que le gustaba ir en coche...
Y soñé, con Houdinis que hablaban francés
y reían portugués, porque en Francia
las risas son caras, me dicen cansadas,
que quieren su almohada y mis cuentos de hadas.