El recetario Boombú-Erang, fenómeno al que hoy dedicamos estas líneas, se desarrolla en el seno de una sociedad secreta muy particular, cuyos orígenes se remontan alrededor del segundo milenio anterior a nuestra era. Los boombú-erang, de hecho originarios de la era Boom del calendario Boombú, han sido referidos en los manuales al uso de etnología como una sociedad originada en la China ancestral. Este desliz etnológico se desprende de la peculiar fonética del término "Boombú-erang" que llevó a muchos investigadores a pensar en el calendario oriental. A día de hoy y aunque la lógica del calendario Boombú siga siendo un misterio en muchos sentidos, se sabe con seguridad que es inédito tanto en su concepción matemática, como en su peculiar santoral.
Los expertos barajan varias hipótesis, pero todas advierten que el calendario Bb, no es estrictamente un calendario, ya que no responde a una concepción lineal ni cíclica del tiempo, sino que el tiempo Boombú transcurre en espiral, dejando abierta la posibilidad a aquellos que habitan en él, de saltar de un anillo a otro. Por lo tanto, cuando decimos que la sociedad BbE se fundó en el segundo milenio anterior a nuestra era estamos sólo diciendo parcialmente la verdad. A esta afirmación, si lo que pretendemos y no es en ningún modo así, es ocupar un lugar que no sea el de la especulación, deberíamos añadir que no por haber sido fundada durante el segundo milenio anterior a nuestra era, pueda ser en ningún modo falso decir que lo haya sido en cualquier otra. En cuanto a la etimología del término "boombú-erang", lo más probable es que esta palabra haya sido instituida en el seno de tan risueña comunidad, con el propósito de suscitar el mayor número de hipótesis en torno a la procedencia de la comunidad.
Los estudios más recientes apuntan hacia el hecho de que probablemente el debate en torno al lugar de origen haya sido estratégico y planificado por los propios fundadores con el objeto de burlarse de los procedimientos académicos de deducción etimológica, ya que hoy por hoy, ni la toponimia más avanzada es capaz de rastrear la evolución del término "boombú-erang", de una forma que explique un uso establecido espontáneamente como fruto del debido consenso y avalado, como suele ser habitual, por una evolución , dentro de una comunidad definitivamente arraigada a un territorio concreto.
En la actualidad los boombú-erang pueden residir en cualquier espacio habitable y no se les distingue por ningún rasgo particular, tienen una admirable destreza para adaptarse a los usos y costumbres de cualquier lugar. Sin embargo, sus miembros, siguen cumpliendo con una misión tan inútil como saludable, aquella para la cual se fundó ya hemos dicho cuándo, lo que no implica que haya podido serlo en cualquier otro momento, (queremos dejar claro este punto).
Derivados de los recientes estudios acerca del fenómeno boombú-erang, se ha desarrollado una importante parcela de la A´Historia, (corriente a la que nos adherimos) que podríamos denominar Prehistoria del Humor, y cuyo vacío teórico ha sido en gran medida ocupado por las últimas investigaciones. La sociedad Boombú-erang posee una sensibilidad inusual para el ejercicio consciente de un sentido del humor a la vanguardia de la A´Historia.
Y es que ¿nadie se ha dado cuenta alguna vez de que cuando lanzamos un boomerang* el que vuelve a nosotros puede no ser exactamente el mismo que se fue? Esta apreciación llevó al insigne investigador Herbert Dungan a la conclusión de que detrás de este fenómeno estaban los humoristas más antiguos del planeta.
Sí, hoy podemos afirmar que los boombú-erang son los encargados de devolver a su sitio los boomerangs y que esta es la broma más antigua de la A´Historia. Y es que el Ilustrísimo Fundador de la Primera Orden Boombú-Erang, Don Bang (a quién, como a todo inventor que se precie, un día algo golpeó su ilustre cabeza), después de aquella legendaria colisión con el ya mencionado instrumento, decidió devolverlo a su lugar de procedencia. Tal fue la inaugural carcajada que debido a la misma los allí presentes, aunque esto no implique que pudieran estarlo en cualquier otro sitio, no dudaron en poner todos los medios al servicio de aquella broma primigenia, fundando la Primera Internacional Chistosa Sociedad Boombú-Erang con el objetivo de dedicar todas sus fuerzas a tan insigne empresa. La de convencer al mundo de un fenómeno tan excepcional como el de que un objeto arrojado pueda volver al lugar del que fue expulsado.
La observación de Herbert Dungan se debe a que en los periodos de mayor demanda de devoluciones de boomerangs es posible que el distribuidor devuelva en una dirección lo que vino de otra y viceversa. Los boombú-erang, de la misma forma que lo niños y debemos decir que esto no implica que por serlo no podamos por ejemplo tener nietos, no conciben que una broma pueda desgastarse por el uso y en cada devolución reviven aquella carcajada primigenia, con la misma alegría, a la que se suma el orgullo de ser partícipes por el peso de la tradición de la broma más antigua del mundo.
Además estos risueños especímenes se alimentan de la risa, tanto propia como ajena, pudiendo prescindir de otras necesidades como el sueño o la comida. Es muy habitual que lleguen a superar los cien años de edad porque no sufren enfermedades. No obstante son mortales, de hecho la causa de mortalidad más común entre los miembros de la comunidad es la de "morir de risa", algo que tiene ciertamente desconcertada a la comunidad científica, incapaz de llegar a un acuerdo para designar mediante un término clínico al fenómeno. Pero lo cierto es que lo que es innegable es que los BbE suelen morir con cierta coherencia, ya que un verdadero BbE muere tal cuál vivió y esto es: de risa.
*en este caso nos referimos al artilugio plano y ligeramente curvado en el centro de su estructura, al cual se le ha atribuido la capacidad de regresar al lugar desde el que fue arrojado.